domingo, 28 de noviembre de 2010

MUJERES Y NIÑOS EN LAS CÁRCELES





Revisando los informes tanto de la prensa escrita como de los medios televisivos sobre diversos temas allegados a los niños en Bolivia (lustrabotas, niños mineros, niños de la calle, polillas, etc.)
La UNESCO condecorando a nuestros Presidente y Ministro de Educación por su excelente e incomparable labor en la educación de los niños Bolivianos etc., es esclarecedor y reconfortante encontrar un par de
informes, que aunque tienen más de un año de antigüedad, nos pueden abrir un poco los ojos sobre un aspecto de la realidad de nuestros niños bolivianos.

Los informes a que me refiero son, primeramente los dos documentos publicados por la Red Andina de Información "Los Niños de la Ley 1008" y "El Peso de la Ley 1008", ambos publicados en 1995, tras un diagnóstico en las 5 cárceles de Cochabamba. El segundo documento, es el diagnóstico y proyecto del CAIC (Centro de Apoyo Integral Carcelario) quienes trabajan en la actualidad con dos programas de atención en educación integral de niños, niñas y adolescentes, hijos de internos de las cárceles de San Sebastián y El Abra (programa 2000-2005). Todos estos documentos fueron enviados a organismos internacionales (ONU, UNICEF, UNESCO entre otras y,(esta va directamente a nuestro forista Aramayo),también a la FAS y a instituciones nacionales sin fines de lucro. Por supuesto, los organismos internacionales no contestaron hasta ahora, de los nacionales, casi todos y positivamente.

Puede parecer algo totalmente fuera de la realidad para cualquier persona, en cualquier lugar del mundo, pensar que las cárceles de Bolivia son habitadas no solamente por los presidiarios, sino también por, en muchísimos casos, la totalidad de la familia inmediata
(esposa (o) e hijos).

Haré un corto resumen del porqué de esta realidad, sus antecedentes, procesos y la actualidad.

La pregunta es, ¿porqué hay niños en la cárcel? Los informes nos muestran que al ser detenido el padre o la madre, o ambos en muchos casos, son traídos a la ciudad, pierden sus fuentes de ingresos, sus terrenos y casas quedan abandonadas y la única manera de sobrevivir es el habitar como núcleo familiar dentro de la prisión.




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